arte callejero en maracay: septiembre 2012

El Arte Callejero o Street Art se refiere al quehacer artístico desarrollado en cualquier vía pública. El autor, agrupando sus materiales y mensajes, intenta sorprender a los espectadores convirtiendo sitios estimados por nadie en auténticas galerías o espacios de reflexión apresurada.

Los temas abordados pueden ser diversos e infinitos. La crítica social, la política, la ironía, la denuncia o simplemente una simbología son los más empleados.

Normalmente, la ilegalidad arropa este tipo de expresiones por ser consideradas vandálicas. Al estar asociado el Arte Callejero al no respeto a la propiedad estatal o privada, muchos de nosotros acudimos a intervenir espacios deteriorados y/o abandonados.

Esta holgura virtual se crea únicamente para reseñar y hacer cultura sobre nuestra pasión en torno al estarcido (stencil), las técnicas aerográficas, el diseño previo y la pintura en spray aquí en Maracay.

- Es difícil encuadrar el Street Art y el graffiti en la Historia del Arte: es un fenómeno sin época, una expresión artística que tiene lugar en la calle, a la vista del público, muy alejado de las salas de exposiciones y al margen de lo establecido. Marcado por su carácter de no oficial, aparece en todas las épocas y en todos los lugares, desde las imágenes, los mensajes, y los nombres hallados en los muros de Pompeya hasta las composiciones pintadas con spray y repletas de pegatinas que decoran tapias, fachadas o vagones de tren. Omnipresente, honesto, imperecedero, anónimo, juvenil, este arte tan discutido es la forma de expresión elegida por personas que quieren crear imágenes alejadas de lo académico, que quieren transmitir mensajes auténticos.

Johannes Stahl

- Existen dos razones fundamentales por las que se relaciona, una y otra vez, al Street Art con la política. Por un lado, el escenario en que se desarrolla es accesible a todo el público y, por otro lado, el medio de expresión del cual se vale no está controlado por el Estado. (…) Pero por otro lado, los graffiti tienen una larga tradición política. En no pocas ocasiones han sido el medio preferido para expresar opiniones políticas extraparlamentarias: sin autorización oficial, sin miramientos ni consensos previos, los graffiti ofrecen la posibilidad de hacerse oír de forma inmediata. (…) Los graffiti tienen, junto con estas características básicas, una larga tradición como medio de confrontación política. Las campañas políticas o los conflictos culturales eran, ya en tiempos de los romanos, motivo de fuertes disputas en las paredes y también parecen haber sido reprimidas con poca intensidad en los tiempos anteriores a la irrupción del papel. De un modo más o menos secreto, más o menos público, los símbolos de las paredes contribuyen siempre a la creación de opinión o, por lo menos, a la agitación.

Johannes Stahl

- (…) el Street Art no depende ni mucho menos de la escena artística, ni de su desarrollo por épocas, sino que cuenta con sus propias redes. Por un lado, siempre ha sido un arte bastante juvenil, vinculado a las diferentes subculturas que guían a la juventud. Los rasgos típicos y especiales de cada momento, tales como la música, el aspecto, la indumentaria, el peinado, el estilo de vida y el lenguaje tienen un papel mucho más importante en este contexto que los grandes acontecimientos del desarrollo artístico, tales como las exposiciones artísticas, los documentales, las ferias de arte o bienales.

Johannes Stahl

- Ese arte bastardo de las calles, tan menospreciado que apenas es capaz de despertar nuestra curiosidad, tan incierto que las inclemencias del tiempo lo pueden borrar de un brochazo, se convierte en una escala de valores. Su ley es vinculante, pone patas arriba todos aquellos sistemas estéticos que costó tanto introducir. La belleza no es el objetivo de su creación, sino que es su recompensa.

Brassaï

Los textos firmados por Gérard Zlotykamien, Brassaï y Johannes Stahl fueron tomados del libro "Street Art" de Johannes Stahl. h.f.ullmann. Edición española por Tandem Verlag GmbH. 2009.

A una ciudad sólo la conoce quien la ha caminado. Cada calle demanda una aventura nativa y ancestral en el humano: descubrir, conquistar y, por supuesto, colonizar. Cada vía tiene su ensamblaje de sombras, su hora de alba, su catálogo de sonidos. Caminar una calle supone varios aprendizajes. Exige disciplina y furia. Disciplina en la malicia del paso. Furia para sobrevivir. Se debe acceder a ella como por asalto. Llenarse de su propia voracidad.

Emboscarla.

Poema "La religión de los pasos" de Leonardo Padrón.

sábado, 29 de septiembre de 2012